Acabo de salir con Ana Parrón (mi supr compi) de ver el ballet de "El lago de los cisnes". Es el primer ballet que veo, y me ha gustado muchísimo. Además, acabo de empezar (como aquel que dice) a ir a clases de ballet, y creo que he podido apreciar más el arte y la dificultad de cada uno de los pasos, de cada uno de los bailes, con la precisión, el ritmo, la elasticidad, la coordinación, el equilibrio, el sentimiento...un mar de destrezas que han de apreciarse y valorarse.
El espectáculo se ha dividido en 2 actos, con un descanso de 15 minutos entre medias. Hubiese sido mucho más mágico si la música hubiese sido en directo, pero no nos ha sido posible encontrar a estas alturas un espectáculo de baile con música en directo por un precio aceptable. Independientemente del por qué hemos ido a verlo, me alegro mucho de haber ido, y de saber que este tipo de espectáculos merecen la pena por el simple hecho de sentirlo, de apreciar el arte y de transportarte a otros mundos y otras disciplinas que, quién sabe, pueden estar escondidas en uno mismo y no saberlo hasta que se queda con el gusanillo y las ganas de probarlo.
Y, me quedo con la niña pequeña que bailaba en las escaleras imitando a las bailarinas, sin vergüenza ninguna y con esa frescura que les caracteriza.
No tengo mucho más que decir, más que los espectáculos en directo son dignos de ver, que lo que se siente es una sensación única que solo se vive en primera persona, que hay que potenciar el arte en vivo, y que es admirable (y para mí, envidiable) el esfuerzo y talento de la gente de ponerse ante tantas personas, y hacer las cosas como si nada costase y con tanta seguridad.
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